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Latinoamérica es para muchos un vasto e inexplorado continente lleno de sueños, aventuras y futuros descubrimientos. Vivir y viajar por este continente puede ser una experiencia emocionante y satisfactoria, especialmente para aquellos que desean ir más allá de los principales focos turísticos y profundizar en el país que están visitando, su cultura, su lengua y su gente. Hay muchos lugares que visitar, por lo que el viajero debe elegir dónde quiere ir. Elegir tu ruta puede ser difícil, e inevitablemente significará que te has perdido algunas cosas que te habría encantado ver.
En esta página encontrarás información sobre viajes por Argentina, Brasil y Paraguay, incluyendo, sobre los lugares de mayor relevancia, pistas y consejos acerca de dónde ir, qué ver y dónde quedarse. La página incluye apuntes sobre los principales lugares visitados.
En general, guías como el Lonely Planet son un buen recurso. No es necesario depender de ellos, pero se pueden usar para buscar alojamiento en casos de emergencia. Existen muchos lugares buenos que no son en los guías y que salen un poco mas barato.
Argentina, Brasil y Paraguay están conectados por un amplio sistema de carreteras. Los mochileros con un presupuesto limitado encontrarán que los autobuses de larga distancia son una buena forma de moverse, aunque hay que decir que las distancias a cubrir pueden ser realmente enormes, y que muchos viajes pueden durar hasta 18 horas. Algunos autobuses viajan por la noche, por lo que, si eres capaz de dormir en ellos, podrás ahorrar algo de dinero en hoteles, y disfrutar de más tiempo durante el día para explorar los lugares que estés visitando.
En Brasil y en la mayoría de los otros países, hay diferentes clases de autobuses: algunos son como viajar en un avión en primera clase, y te ofrecen mantas, almohadas, comida, etc. (Leixo) mientras que otros son realmente terribles cascajos. Siempre y cuando no ostentes riqueza, viajar suele ser fácil y seguro. Lo mejor es intentar pasar desapercibido vistiendo parecido a la gente del lugar.
En la mayoría de las líneas es suficiente con comprar el billete con unas pocas horas de antelación, pero en las más concurridas tal vez sea preferible sacar el billete 24 horas antes. Una forma fácil para asegurarte un asiento en el autobús es comprar el billete al llegar a tu destino. Como en muchas otras situaciones en esta parte del mundo, asegúrate de que el personal de la taquilla no intenta cobrarte de más, y comprueba a ciencia cierta que has adquirido el billete para el destino deseado. Algunos autobuses son rápidos y directos, mientras que otros paran en todos los pueblecitos que les pillen por el camino, de modo que las horas de viaje pueden variar sustancialmente de unas líneas a otras. Si hay varias compañías que cubren la misma línea, compara todos los precios y horarios porque a veces puede haber grandes diferencias tanto en dinero como en la calidad del servicio. En Brasil hay autobuses desde cualquier sitio hasta cualquier otro, habitualmente varias veces al día.
Otras formas de viajar pueden ser en aviones y coches de alquiler. Los vuelos nacionales brasileños te permitirán cubrir grandes distancias en poco tiempo, pero son mucho más caros que los autobuses. Es posible comprar billetes combinados para vuelos brasileños. Con estos billetes podrás hacer 5 escalas durante tu estancia en el país, pero no se pueden comprar una vez en Brasil.
Encontrar un lugar en el que quedarse a pasar la noche puede ser un gran quebradero de cabeza para los novatos, pero todas las ciudades y pueblos tienen su porción de “pousadas”, “hostales” y hoteles donde elegir. Hay muchas pociones de alojamiento barato para los mochileros, sobre todo si no te importa quedarte en dormitorios comunitarios. Esto puede ser a menudo una experiencia divertida, y te permitirá establecer contacto con otros viajeros como tú, con lo que podrás compartir pistas y consejos de viaje así como aprender otros nuevos escuchando sus experiencias del viaje. Para aquellos que viajen solos, estos albergues de mochileros son frecuentemente lugares en los que encontrar algunos compañeros de ruta. Es muy habitual acoplarse a otras personas o grupos durante algunos días y continuar viaje juntos. Los precios pueden variar mucho de un lugar a otro. Las grandes ciudades como Rio son inevitablemente más caras que pueblecitos como Ouro Preto, en la región brasileña de Minas.
Para los ciudadanos de la mayoría de países europeos es posible conseguir un visado de 3 meses para Argentina, Brasil y Paraguay al llegar al país. Los aduaneros sellarán tu pasaporte y registrarán la fecha de entrada al país. Estos visados se pueden prorrogar por un máximo de 3 meses para hacer turismo. En Brasil no se puede obtener un visado de turista para más de 6 meses en un periodo de 12 meses.
Por favor, acude a las embajadas para obtener información puesta al día.
La clave para ser un “buen turista” en Brasil y evitar convertirte en objetivo de los criminales, especialmente en ciudades como Rio do Janeiro y Salvador da Bahia es muy simple: Nunca lleves joyas más allá de los collares y pulseras fabricados por los indios locales (estos no tienen ningún valor para la gente del lugar, y están por todas partes). El más ligero adorno de oro o plata será percibido como un anuncio que diga “soy un turista rico, ven a robarme”. Nunca lleves grandes cantidades de dinero encima, y si lo haces, escóndelo en algún lado (yo me cosí un bolsillo por dentro de la pernera del pantalón y lo usé de bolsa de seguridad durante mis viajes – también puedes usar uno de esos cinturones con bolsillitos para el dinero, etc.)
En lugares como Rio: nunca lleves cámaras llamativas o bolsos a la playa. Emplea cámaras de usar y tirar en los sitios de mayor riesgo. Puedes usar las cámaras buenas cuando hagas visitas en autobús, ya que estos son relativamente seguros (y te llevarán a ver todos los sitios típicos por un precio razonable). Intenta vestir como la gente local... por ejemplo, chanclas y un pareo barato comprados en alguna tienda del lugar, nada de camisetas caras de marca, etc... Finalmente, guarda siempre unos cuantos reales dentro de los zapatos si llevas zapatos cerrados (de esa forma, si algo te ocurre siempre podrás regresar hasta el lugar donde te alojas).
En general, mientras no tengas pinta de rico, no serás objetivo de los cacos. Es cierto que en muchas ocasiones el tema de la inseguridad de estos países se exagera, pero de todas formas, como dice el dicho, no hay humo sin fuego. De modo que será mejor que seas atento y cuidadoso.
Las mujeres que estén pensando en viajar por su cuenta a algunos lugares de Latinoamérica deberán seguir unas reglas básicas para mantener lejos atenciones indeseadas. Siempre dile a la gente que a) tienes novio (o novia), b) estás prometida y te vas a casar pronto, y c) tu novio (o novia) se unirá a ti en dos o tres días para continuar el viaje juntos. Estas tres normas son de gran importancia, ya que los hombre de Brasil parecen contemplar con especial respeto los compromisos matrimoniales, y creerán que estás muy enamorada. Por otra parte, tienen poco o ningún respeto por las mujeres casadas. En muchas partes de Brasil se ve como algo perfectamente normal estar casado y tener aventuras.
Aprender la lengua es de lo más recomendable. Ser capaces de comunicarnos con las gentes del lugar aumentará notablemente nuestro disfrute de la experiencia viajera. Cuanto más y mejor hables, más aprenderás acerca de los lugares que vas a visitar. Para aquellos que ya posean una mínima noción de la lengua, viajar puede ser la ocasión perfecta para mejorar esos conocimientos. No olvides que en Brasil se habla portugués, y no español como en la mayoría de los demás países latinoamericanos. Sea cual sea tu nivel idiomático, siempre es una buena idea retener algunas frases básicas y llevar un diccionario por si las moscas.
El mate es una bebida parecida al te que se consume principalmente en Argentina, Uruguay, Paraguay y en el sur de Brasil. Es un derivado de hojas resecas y tallos del árbol perenne Ilex paraguarensis (“Yerba Mate”). El nombre “mate” proviene de la palabra quechua “matí”, que designa el recipiente (Lagenaria vulgaris) habitualmente usado para beber la infusión. El nombre científico Ilex paraguarensis fue otorgado por el naturalista y botánico francés Auguste de Saint Hilaire en 1822, el árbol pertenece a la familia de las Aquifoliáceas, y crece entre los paralelos 10º y 30º (sur) en las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay. Es una planta típica de la región del Alto Paraná, Alto Uruguay y noroeste de Argentina. Es una planta tropical o subtropical, que necesita de altas temperaturas, alta humedad y un mínimo de 1500 mm de lluvia anuales. En promedio, cada año se producen 300.000 toneladas de Mate.
En su medio natural, la planta necesita unos 25 años hasta alcanzar su completo desarrollo, llegando a medir hasta 15 metros de altura. Las hojas son, alternamente, cuneiformes, elípticas u ovaladas, con los bordes ligeramente escalonados. Florece entre los meses de octubre y diciembre. Entre sus distintas variedades, las tres más importantes son: “angustifolia”, “longifolia”, “latifolia”.
El mate cuando está maduro tiene un sabor característico entre dulce, amargo, a hoja marchita y a alfalfa, parecido al del té (Camellia sinensis). De los 196 componentes químicos volátiles que podemos encontrar en la Yerba Mate, 144 también se hallan en el té. Se usa en la medicina popular y empleado en preparados de hierbas comerciales funciona como estimulante para el sistema nervioso central, diurético y antirreumático.
El Téréré es una forma popular de Maté con hielo que se puede encontrar en las regiones de Maté más tropicales. En Paraguay, la gente suele beber Maté en el invierno y Téréré en el verano. También es posible encontrarlo en la parte argentina del Río de la Plata, en Uruguay, y en el sur de Brasil.
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